El grupo federal Cristianos Socialistas PSOE ha expresado su rechazo a las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal de España, Luis Argüello, en las que reclama al presidente del Gobierno la convocatoria de elecciones.

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“Estamos ante un bloqueo institucional, parlamentario y ejecutivo. En democracia, la salida más evidente es dar voz a los ciudadanos”, dijo Argüello ayer en una entrevista en ABC. Algo por lo que, según Cristianos Socialistas, “ha mostrado una clara tendencia política que no corresponde a lo que representa, sino a lo que piensa como presunto seguidor de una ideología de derechas”.

De esta manera, para el PSOE “Argüello se suma, con indisimulado entusiasmo, a lo que desea el líder del Partido Popular, el señor Feijóo, y junto a él otros miembros y organizaciones de la derecha extrema y de la extrema derecha”.

Pedro Sánchez participa en la cumbre vaticana sobre justicia fiscal (fuente: Casina Pio IV)

Palabras que “no contribuyen”

“El pronunciamiento de parte que hace el presidente de la Conferencia Episcopal Española contrasta con el silencio, la mayoría de las veces, o con su tibieza ante situaciones en las que sí correspondía que se pronunciara con contundencia y que afecta a miembros de la Iglesia católica, o atentan contra los principios de respeto a la mujer, lucha contra la violencia machista y la homofobia, por citar ejemplos en lo que el grupo federal Cristianos Socialistas PSOE han lamentado públicamente su posición”, aseveran.

Del mismo modo, recuerdan que “la palabra de monseñor Argüello no la hemos escuchando con la necesaria contundencia cuando la sede socialista fue acechada por miembros de la derecha extrema y de la extrema derecha, ni tampoco cuando es pública y notoria la persecución a la que están siendo sometidos algunos miembros del PSOE”.

“Estamos en días difíciles, y es hora de mantener líneas de avance económico, social, cultural, y hacer frente a la corrupción, con decisiones rápidas y contundentes”, asegura el grupo. Una situación, dicen, ante las que “las palabras del arzobispo de Valladolid no contribuyen por su falta de sensatez, inclinándose por intereses políticos en una actitud que no representan el equilibrio y la mesura que debe corresponder a quien es presidente de la Conferencia Episcopal Española”.